DORCAS

Su nombre y el ejemplo de amor inspirado por Dios en esta discípula, ha transcendido a través de las generaciones, ya que desde la naciente iglesia primitiva hasta la actualidad, se han denominado Dorcas a los Cuerpos o Sociedades Femeninas que se han dedicado a la asistencia espiritual y material de los más necesitados (“estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí”. Mateo 25-36).

En las Iglesias Pentecostales, el Cuerpo de Dorcas es presidido por la Pastora de la Iglesia, es decir, la esposa del Pastor. La labor fundamental de ellas es orar por todos los estamentos de la Iglesia como de la comunidad, o país. Asistir a los enfermos, llevarles asistencia espiritual como también material. Su labor trasciende las fronteras de la iglesia, ya que además de asistir a la hermandad, ellas se preocupan de la asistencia a los hogares de menores, ancianos, hospitales, clínicas, etc., donde se necesite apoyo espiritual.

En nuestra Iglesia, el Cuerpo de Dorcas está presidido por nuestra Pastora Elizabeth Bizama Saavedra, quien junto a un grupo de hermanas colaboradoras coordinan las actividades de las Dorcas en todos los templos dependientes del circuito. Se reúnen todos los días miércoles en la tarde donde realizan su servicio de oración. La conforman todas las damas desde los 12 años en adelante. De ellas se desprende un grupo de hermanas denominadas “Visitadoras”, quienes son las que tienen la responsabilidad de visitar a los enfermos de la iglesia y llevarles asistencia espiritual.

La mujer o más bien dicho, la Dorca, cumple un rol importante en la Iglesia, tal como lo fue en los tiempos de Jesús, ellas le acompañaban y asistían en todas las actividades que Jesús realizaba. Al igual que en estos tiempos, la Dorca trabaja abnegadamente junto a los hermanos. La esposa del Pastor como Directora de las Dorcas, vela por las actividades propias de la iglesia, orando por las almas nuevas por los que acuden en busca de ayuda y respuestas, etc. Su labor es ampliamente reconocida por los líderes de la Iglesia, y por cada uno de los integrantes de una Iglesia Local.